La pauta es un impuesto por no tener un gran producto: crea una marca que se venda sola
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"La publicidad es un impuesto que pagas por no tener un gran producto" John Doe
Nadie sabe quién lo dijo primero. Algunos lo atribuyen a David Ogilvy, otros afirman que era el mantra de Steve Jobs, y yolo escuché en un podcast de Toni Segarra. Pero independientemente de quién la diga, la frase encierra una verdad incómoda: si necesitas pagar para llamar la atención, tal vez tu producto no sea tan bueno como dicen tus amigos.
Durante muchos años, la publicidad fue el esteroide que ayudó a las marcas a ganar audiencia. Pero, ¿y si te dijera que la publicidad es solo un impuesto que pagas por no tener un producto bien hecho? Si necesitas decirle al mundo que existís, el problema no es la cantidad de anuncios que pagas, sino la falta de una historia convincente que contar. Ahí es donde Storydoing entra.
Las marcas que realmente tienen un impacto no dependen de la publicidad, sino de la experiencia que crean. Un producto que conquista corazones no tiene por qué gritar; las personas lo recomiendan por sí mismas.
De «telling» a «doing»: mostrar, no decir
Durante años, el marketing nos vendió la idea de que contar una gran historia era la clave para conectar con las personas. Pero el mundo cambió. Hoy en día, los clientes ya no creen lo que decis, sino lo que haces.
La diferencia entre Storytelling y Storydoing es simple: la primera cuenta una historia, mientras que la segunda la pone en práctica.
Pensá en marcas como Patagonia o Tesla. No solo hablan de sostenibilidad o innovación, lo hacen. Cada acción, desde el diseño del producto hasta la interacción con el cliente, refuerza su narrativa. Por eso no necesitan gastar millones en publicidad: sus clientes hacen el trabajo por ellos.
El impuesto a la pauta: una estrategia cara y obsoleta
Las marcas que dependen únicamente de la publicidad para mantenerse relevantes están atrapadas en un ciclo caro e insostenible. Los anuncios pagos son un placebo: te dan visibilidad temporal, pero no generan lealtad. Peor aún, pueden resultar contraproducentes al sumarse a los miles de estímulos diarios que ya ignoramos.
Las empresas que interrumpen nuestra vida diaria con mensajes que no nos impactan pueden lograr el efecto exactamente opuesto al que promete la pauta: que las personas se vuelva anti-marca por sentirse molestados.
Por otro lado, las marcas que abrazan el Storydoing generan conexiones reales y orgánicas. No dependen de los anuncios para permanecer en la mente de sus clientes; confían en la experiencia que crean.
Si cada interacción con tu producto, servicio o equipo no refuerza la historia que querés contar, estás perdiendo el tiempo. Podés gastar millones en anuncios, pero si lo que ofreces no deja una huella, esa inversión es solo un parche.
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La buena comunicación comienza con el producto
Las marcas de éxito no comienzan su estrategia en el departamento de marketing; comienzan con el producto. Un gran producto se comunica por sí solo.
Si el tuyo es aburrido, genérico o reemplazable, vas a necesitar mucha pauta. Pero si es sobresaliente, funcional y tiene una historia genuina, la gente va a hablar de él.
Un ejemplo claro: Apple. No hace falta que te bombardee con anuncios que expliquen por qué el iPhone es superior. En cambio, diseña productos que encantan a la gente y permite a los usuarios convertirse en sus embajadores. Mientras que otras marcas luchan por captar la atención con anuncios intrusivos, Apple deja que la experiencia hable por sí sola.
Estrategias para pasar del Storytelling al Storydoing
✔ Construí una experiencia — Cada punto de contacto con el cliente debe reforzar la historia de su marca. Desde la pantalla de presentación de tu aplicación hasta el soporte posventa, todo comunica.
✔ Hacé que tus usuarios formen parte de la historia — Las marcas más poderosas no solo venden productos, sino que crean movimientos. Nike no vende zapatillas, vende logros personales. Airbnb no vende alojamiento, vende experiencias.
✔ Rompé con tu adicción a la pauta — En lugar de gastar dinero en anuncios, invertí en mejorar tu producto y la experiencia de tus usuarios. Que la gente hable de tu marca porque realmente lo vale.
✔ Creá una comunidad, no una audiencia — La audiencia escucha, pero la comunidad se involucra. Convertí a tus clientes en embajadores y dejá que difundan tu historia. Una audiencia enorme pero indiferente es inútil; menor cantidad, pero cercanos, es mucho más efectivo.
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Conclusión: creá algo tan bueno que la gente quiera hablar de eso
Si tenes que pagar constantemente para que la gente hable de vos, tal vez sea el momento de preguntarte si estás construyendo algo que realmente valga la pena.
El futuro del marketing no está en los anuncios, sino en las experiencias. Las marcas ganadoras son aquellas que entienden que la mejor publicidad es un gran producto, una historia en acción y una comunidad comprometida.
Porque al final, lo único imposible es NO intentarlo 🚀